Estudio de Filosofía - Reflexiones sobre la didáctica de la Filosofía http://www.estudiodefilosofia.es/?q=taxonomy/term/51/0 es Reflexiones en torno al texto de Heiddeger "¿Qué es la filosofía?" http://www.estudiodefilosofia.es/?q=node/18 <!--paging_filter--><p>En la conferencia de Heidegger titulada &ldquo;&iquest;Qu&eacute; es la filosof&iacute;a?&rdquo; (1956) (<a href="http://www.heideggeriana.com.ar/textos/que_es_filosofia.htm">http://www.heideggeriana.com.ar/textos/que_es_filosofia.htm</a>) se pueden extraer algunas consideraciones sobre la naturaleza de la filosof&iacute;a, que pueden ser de utilidad para la pr&aacute;ctica docente. Al mismo tiempo, parece que sugiere que la orientaci&oacute;n actual en la investigaci&oacute;n filos&oacute;fica no va por el camino id&oacute;neo. Esto ya lo sab&iacute;amos; no creo que pensarlo otra vez est&eacute; de m&aacute;s.</p> <div><a rel="lightbox" title="Martin Heidegger" href="/sites/default/files/img/heidegger1.jpg"><img alt="Heidegger" width="200" height="293" align="left" vspace="5" hspace="10" rel="lightbox" src="/sites/default/files/img/heidegger.jpg" /></a></div> <p>Dos son los puntos que resumen la novedad de este escrito. El primero arranca de la dificultad que tiene el hombre de afrontar en sentido pleno la pregunta por la esencia de las cosas y, m&aacute;s en concreto, la esencia de la filosof&iacute;a. No obstante, cabe que en una primera incursi&oacute;n en Grecia, el preguntar se detenga en el lenguaje que nombra y desde el que se construye la experiencia griega; en este sentido Heidegger toma de Her&aacute;clito el significado del t&eacute;rmino &ldquo;fil&oacute;sofo&rdquo;, &ldquo;el que ama el saber&rdquo;. Amar es estar en correspondencia, en armon&iacute;a, equilibrio con el saber. Por otra parte, la sabidur&iacute;a no se refiere al saber que toma el ente como objeto, sobre el que la historiograf&iacute;a filos&oacute;fica ha trabajado tanto, sino el ser del ente. Y en este sentido el saber viene a ser lo que re&uacute;ne el ente, la posada originaria, el sentido, faltando el cual, el ente se toma de modo particular y especializado. Amar la sabidur&iacute;a es permanecer en el ser.</p> <p>Precisamente los Sofistas no echaron en falta ese sentido y, viendo que la pregunta por la esencia de la filosof&iacute;a no remit&iacute;a a ning&uacute;n tipo de armon&iacute;a o correspondencia, pusieron al descubierto o rompieron&nbsp; lo que desde Her&aacute;clito y Parm&eacute;nides constitu&iacute;a el primitivo y originario sentido del fil&oacute;sofo: el car&aacute;cter unitario del que filosofa y el saber por el que est&aacute; en camino de ser lo que es.</p> <p>A partir de S&oacute;crates la filosof&iacute;a se orienta a proteger aquella orfandad de ser y pensar y no tiene m&aacute;s remedio que intentar un viraje que ser&aacute; lo que Plat&oacute;n llame segunda navegaci&oacute;n: buscar en la sabidur&iacute;a rota, pero ahora no como un saber que se posee y en el que se est&aacute;, sino precisamente, buscar&nbsp; el ser del ente, que no est&aacute;&nbsp; en correspondencia con el hombre, el cual ha roto la unidad expresada en las palabras de Her&aacute;clito &ldquo;Uno (es) Todo&rdquo;. Y&nbsp; al tomar el camino de la filosof&iacute;a se transform&oacute; en fil&oacute;sofo, porque buscaba la sabidur&iacute;a, el ente en el ser. Los fil&oacute;sofos desde entonces hicieron esta b&uacute;squeda convirtiendo el amor en una disposici&oacute;n necesaria como lo fue el asombro, la admiraci&oacute;n, la interrogaci&oacute;n,&hellip; De esta forma, intentaron recuperar la armon&iacute;a perdida.</p> <p>El segundo punto a considerar es en el que Heidegger revisa el concepto de correspondencia, la respuesta que, en la forma del di&aacute;logo, entabla la filosof&iacute;a con la tradici&oacute;n. La correspondencia es un estado de &aacute;nimo desde el que surge el filosofar. Cuando establecemos un di&aacute;logo con los fil&oacute;sofos es cuando discutimos, algo distinto a dejar constancia de las opiniones. Somos interpelados por aquello que los fil&oacute;sofos les ha interpelado. De hecho, dialogar con ellos significa responder a la interpelaci&oacute;n del ser del ente. Responder y corresponder vienen a relacionarse de forma que la correspondencia buscada debe ser previa a cualquier teorizaci&oacute;n sobre lo que es la filosof&iacute;a, porque el di&aacute;logo surge dentro de una determinada disposici&oacute;n afectiva. Estamos en sinton&iacute;a con aquello que nos interpela, no buscamos la interpelaci&oacute;n como hilo conductor de la historia.</p>&lt;!--saltodepagina--> <p>El asombro es una de las disposiciones afectivas del filosofar griego y la identidad individual se erige no tanto en las capas m&aacute;s racionales del ser, en las cuales la historia de la filosof&iacute;a ha ido cavando m&aacute;s y m&aacute;s, sino en el sustrato de la disposici&oacute;n afectiva. Por eso el preguntar griego desde el que la filosof&iacute;a accedi&oacute; a la armon&iacute;a con el ser del ente est&aacute; en el asombro. Y desde S&oacute;crates ese equilibrio se ha ido buscando desde el estado de &aacute;nimo, el cual ha ido variando a lo largo de la historia: la angustia, el asombro, la interpelaci&oacute;n, la duda&hellip; Descartes, por ejemplo, vivi&oacute; desde la certidumbre, &eacute;sta fue la que moviliz&oacute; al pensador (Pero para entonces, la disposici&oacute;n afectiva ya no proteg&iacute;a al fil&oacute;sofo en su tarea de lograr la unidad volviendo la filosof&iacute;a al ser. En el pensamiento de Descartes la ruptura fue tan extrema que en la capa m&aacute;s profunda, la roca madre a la que llam&oacute; Yo,&nbsp; fue donde construy&oacute; &eacute;l y la ciencia de entonces el nuevo edificio del saber filos&oacute;fico.)</p> <p>Estas dos ideas son novedosas en la medida que &nbsp;tienen diferentes aplicaciones, no s&oacute;lo en el campo de la historia de la filosof&iacute;a, sino tambi&eacute;n en el planteamiento de lo que ser&iacute;a hoy la respuesta a la pregunta por la esencia de la filosof&iacute;a en sentido pleno. En escritos anteriores hab&iacute;an sido formuladas por el autor. No obstante, ambas ideas se unen en la respuesta a una pregunta previa, quiz&aacute;s el motivo de toda la conferencia:</p> <p>&iquest;Por qu&eacute; el hombre griego protege ese originario sentido del ser?</p> <p>Lo hace porque vive en &eacute;l y la ruptura supone una vida a la intemperie, dedic&aacute;ndose, bien a una b&uacute;squeda del sentido, bien a cuidar ese sentido en la tradici&oacute;n, o en ambas cosas a la vez como sostiene Heidegger. Comoquiera que sea, el caso es que la pregunta por el sentido del ser se plantea hoy desde dentro de una tarea m&aacute;s general de reflexi&oacute;n sobre el lenguaje y, en concreto, desde el lenguaje filos&oacute;fico y po&eacute;tico.</p> <p>Precisamente es al final cuando Heidegger cierra esta conferencia recordando que&nbsp; entre el pensamiento y la poes&iacute;a se da un parentesco oculto porque ambos sirven al lenguaje y se prodigan en &eacute;l. Ah&iacute; radica una primera aplicaci&oacute;n de una de las ideas subrayadas: la poes&iacute;a est&aacute; al servicio del lenguaje de una forma privilegiada, accede por su condici&oacute;n al estado de &aacute;nimo del que escribe y no s&oacute;lo de &eacute;l, sino que hace m&aacute;s f&aacute;cil que el pensamiento entre&nbsp; a su servicio directamente, porque ella vive en la disposici&oacute;n afectiva. La filosof&iacute;a, que pone su lenguaje al servicio del pensar, se mueve en c&iacute;rculos conc&eacute;ntricos, pasando del estado de &aacute;nimo del que filosofa a la &eacute;poca y a nuestra peculiar disposici&oacute;n desde la que se establece el di&aacute;logo.</p> <p>Un camino largamente ensayado este de la filosof&iacute;a, pero del que el pensador sale indispuesto para afrontar el sentido pleno de la pregunta por la esencia. Desde el punto de vista historiogr&aacute;fico el camino lo prepara para asegurar con su investigaci&oacute;n un rutilante discurrir filos&oacute;fico que va llenando de definiciones, de f&oacute;rmulas vac&iacute;as que dan acomodo a cualquier filosof&iacute;a, pero que se alejan del preguntar esencial por el ser. Y cuanto m&aacute;s se aleja, m&aacute;s largo es el camino de retorno y menos claro ser&aacute; el destino, porque en el di&aacute;logo entra en juego nuestra identidad en toda su dimensi&oacute;n vital. Lo que dice Heidegger en este punto es claro: &ldquo;No damos con la respuesta a nuestra pregunta recorriendo el aspecto historiogr&aacute;fico de las definiciones de la filosof&iacute;a, sino dialogando con aquello que nos ha sido transmitido por la tradici&oacute;n como ser del ente&rdquo;.</p> <p>Una vuelta a la tradici&oacute;n, a la historia, reflexionando sobre el lenguaje porque el equilibrio, la armon&iacute;a, el di&aacute;logo o correspondencia es un hablar, est&aacute; al servicio del lenguaje y no llegaremos a entender la experiencia griega sobre la filosof&iacute;a sin una reflexi&oacute;n sobre &eacute;l.</p> <p>Por tanto, el aspecto historiogr&aacute;fico sustituye al sentido completo de la filosof&iacute;a tal como fue planteado por Her&aacute;clito y, de otra parte, la reflexi&oacute;n filos&oacute;fica ha de incidir en la experiencia originaria, lo que equivale a establecer una correspondencia con la tradici&oacute;n, la cual se asienta en la disposici&oacute;n afectiva. Ambas propuestas coinciden en el estudio del lenguaje como vimos que puso en pr&aacute;ctica Heidegger con el t&eacute;rmino &ldquo;filosof&iacute;a&rdquo;. No se trata de presentar una alternancia de lenguajes, ni de abandonar el pensar al capricho del azar y el vaiv&eacute;n de los sentimientos, sino de lograr el di&aacute;logo con la historia y dialogar es lograr la correspondencia entre el ser y el pensar.</p>&lt;!--saltodepagina--> <p>Dos ejemplos para mostrar lo que propone el autor. Uno respecto al &ldquo;arj&eacute;&rdquo; y el otro sobre el estado de &aacute;nimo a trav&eacute;s de la poes&iacute;a. En el primero se&nbsp; intenta exponer lo que hoy merece ser pensado, lo cual est&aacute; bastante distante de la decadencia o fin de la filosof&iacute;a. En el segundo se propone c&oacute;mo ser&iacute;a el servicio que presta el estado de &aacute;nimo al pensamiento.</p> <p>&ldquo;Arj&eacute;&rdquo; significa &ldquo;principio&rdquo;, pero no se&ntilde;ala abandono de algo o el punto de partida desde el que se inicia algo. Este punto de vista lleva a creer que el principio originario de la filosof&iacute;a para los presocr&aacute;ticos, el arj&eacute;, era una primera manifestaci&oacute;n de algo, bien material, bien espiritual, del que proced&iacute;a toda la realidad.&nbsp; Pero no mienta ning&uacute;n punto de origen, m&aacute;s bien habla de totalidad, la cual recuerda las palabras de Her&aacute;clito, &ldquo;Uno &ndash;es- Todo&rdquo;. Luego, una visi&oacute;n no fragmentaria del &ldquo;arj&eacute;&rdquo; permite ver la correspondencia que habr&iacute;a entre lo que se puede pensar y lo que es. Her&aacute;clito, Parm&eacute;nides, Anax&aacute;goras entienden la realidad desde ese sentido unitario.</p> <p>En el caso del principio de no contradicci&oacute;n &ndash;del que Parm&eacute;nides es uno de sus m&aacute;s fervientes defensores- se puede enfocar desde el punto de vista ontol&oacute;gico porque es el que mejor devuelve el pensamiento a aquella visi&oacute;n griega, cuya esencia viene expresada en el t&eacute;rmino ser. (Es posible que para decantarse por el enfoque ontol&oacute;gico, l&oacute;gico, antropol&oacute;gico, hist&oacute;rico haya que ver, entre otras cosas, el estado de &aacute;nimo desde el que se formula o formul&oacute;, el uso vital y la interpelaci&oacute;n a que nos somete.)</p> <p>Por lo que a la relaci&oacute;n filosof&iacute;a y poes&iacute;a Mar&iacute;a Zambrano dice en el libro del mismo t&iacute;tulo lo siguiente: <i>&nbsp;</i></p> <p><i>&ldquo;La po&eacute;tica de la vida: las cosas est&aacute;n en la poes&iacute;a por su ausencia, es decir, por lo m&aacute;s verdadero, ya que cuando algo se ha ido, lo m&aacute;s verdadero es lo que nos deja, pues es lo imborrable: su pura esencia. Y la misma realidad se encubre a s&iacute; misma. Adem&aacute;s, con el juego de ausencia y presencia, las cosas se nos aparecen sumergidas en el flujo del tiempo; &nbsp;se nos muestran como naciendo y tornando a nacer. Su presencia es un milagro, el milagro primero de la aparici&oacute;n de las cosas. Poes&iacute;a es sentir las cosas en su estado naciente&hellip; La filosof&iacute;a somete a voluntad el demonio fugitivo de los instantes felices&hellip;&rdquo;</i></p> <div>&nbsp;Y Blas de Otero en &ldquo;Cartilla (po&eacute;tica)&rdquo; dice:</div> <div><i>&nbsp;</i></div> <div><i>&ldquo;&hellip; La poes&iacute;a crea las palabras.</i></div> <div><i>Lo s&eacute; [&hellip;]</i></div> <div><i>La poes&iacute;a exige ser sinceros.</i></div> <div><i>Lo s&eacute; [&hellip;]</i></div> <div><i>La poes&iacute;a ata&ntilde;e a lo esencial</i></div> <div><i>Del ser.</i></div> <div><i>No lo repitan tantas veces,</i></div> <div><i>Repito que lo s&eacute;.&rdquo;</i>&nbsp;&nbsp; &nbsp; &nbsp;&nbsp;</div> <p>Valgan estas dos notas para hablar de la vocaci&oacute;n de la filosof&iacute;a y la poes&iacute;a en el origen. La primera siente la llamada de la unidad, porque &ndash; dice Mar&iacute;a Zambrano en ese mismo libro- &ldquo;quien ha alcanzado la unidad ha alcanzado tambi&eacute;n todas las cosas que son, pues en cuanto que son participan de ella, o en cuanto que son, son unas. Quien tiene pues la unidad, lo tiene todo&rdquo; (p.20). La poes&iacute;a logra la unidad que busca pero es incompleta, fr&aacute;gil, unidad desinteresada, gratuita, no perseguida como el fil&oacute;sofo, que avanza a la posesi&oacute;n de la unidad por medio del concepto. El poeta quiere un todo desde el que se posea cada cosa.</p> <p>La realidad po&eacute;tica es por vocaci&oacute;n m&aacute;s amplia que la filos&oacute;fica. Conceptualmente el fil&oacute;sofo teme contrariar las leyes de la l&oacute;gica. Heidegger, al contrario de Parm&eacute;nides, no teme al no ser, aunque tampoco pone en pr&aacute;ctica ning&uacute;n tipo de justicia caritativa para salvarlo. Opina que el fil&oacute;sofo lleva el ente al ser, el poeta lleva el ser a todo. Desde el principio el poeta no separa la realidad, ni el conocimiento, no va en busca de la verdad, no huye del error, no divide la vida.</p> <p>Si la pretensi&oacute;n &uacute;ltima de todo saber es la unidad como s&iacute;ntesis, la aprehensi&oacute;n especulativa del ser, entonces la filosof&iacute;a se ha situado en otro lugar bien diferente que la poes&iacute;a y el abismo entre ellas se hace m&aacute;s profundo. Pero si&nbsp; el ser no se aprehende, sino que&nbsp; su logos est&aacute; en su apertura, entonces la poes&iacute;a y la filosof&iacute;a est&aacute;n en sinton&iacute;a. De este modo, la pregunta por la esencia nos lleva a sintonizar con un estado de &aacute;nimo con el que el poeta, desde su vulnerabilidad, su agon&iacute;a, esencial limitaci&oacute;n, vive el temblor que siente en su lenguaje.</p><form action="/?q=taxonomy/term/51/0/feed" accept-charset="UTF-8" method="post" id="fivestar-form-node-18" class="fivestar-widget"> <div><div class="fivestar-form-18 clear-block"><input type="hidden" name="content_type" id="edit-content-type-18" value="node" /> <input type="hidden" name="content_id" id="edit-content-id-18" value="18" /> <div class="fivestar-form-item fivestar-combo-text fivestar-average-stars fivestar-labels-hover"><div class="form-item" id="edit-vote-0-wrapper"> <label for="edit-vote-0">Promedio: </label> <input type="hidden" name="vote_count" id="edit-vote-count-0" value="1" /> <input type="hidden" name="vote_average" id="edit-vote-average-0" value="100" /> <input type="hidden" name="auto_submit_path" id="edit-auto-submit-path-0" value="/?q=fivestar/vote/node/18" class="fivestar-path" /> <select name="vote" class="form-select" id="edit-vote-0" ><option value="-">Elija puntuación</option><option value="20">Sin interés</option><option value="40">Poco interesante</option><option value="60">Interesante</option><option value="80">Muy interesante</option><option value="100" selected="selected">Imprescindible</option></select> <div class="description"><div class="fivestar-summary fivestar-summary-combo fivestar-feedback-enabled"><span class="user-rating">Su puntuación: <span>Ninguno</span></span> <span class="average-rating">Promedio: <span>5</span></span> <span class="total-votes">(<span>1</span> voto)</span></div></div> </div> </div><input type="hidden" name="destination" id="edit-destination-18" value="taxonomy/term/51/0/feed" /> <input type="submit" name="op" id="edit-fivestar-submit-18" value="Puntúe esto" class="form-submit fivestar-submit" /> <input type="hidden" name="form_build_id" id="form-242e16ec3ea9251533f2983c43cf127c" value="form-242e16ec3ea9251533f2983c43cf127c" /> <input type="hidden" name="form_id" id="edit-fivestar-form-node-18" value="fivestar_form_node_18" /> </div> </div></form> http://www.estudiodefilosofia.es/?q=node/18#comments Historia de la filosofía Reflexiones sobre la didáctica de la Filosofía Simón Rabanal Thu, 25 Sep 2008 16:50:28 +0000 Simón Rabanal 18 at http://www.estudiodefilosofia.es