Estudio de Filosofía - Antropología

El experimento clásico de Bandura sobre aprendizaje social y agresividad

Francisco Calzado — Wed, 25 Feb 2009 14:00:00 +0000

Con frecuencia se citan los experimentos de Albert Bandura sobre el aprendizaje por observación para ilustrar la fuerza que pueden llegar a tener los modelos adultos, sobre todo a través de los medios de comunicación, sobre conductas agresivas en los niños.

A continuación mostramos un resumen muy conciso del experimento de Bandura:

Y ahora un par de prevenciones necesarias para valorar en su justa medida este tipo de experimentos. Reproducimos dos párrafos de un libro de un periodista alemán muy crítico con la Psicología:

Se debería haber tenido en cuenta que los niños se hallaban presionados por las expectativas de los adultos, como señala el canadiense Jonathan Freedman: "Puesto que toda la situación había sido preparada por el organizador del experimento, ellos tenían motivos para suponer que se les pedía un comportamiento agresivo, que los adultos esperaban eso de ellos". A esta crítica han ido sumándose otros psicólogos: la situación experimental que planteaba Bandura motivaba fuertemente a cooperar con los experimentadores, de manera que los sujetos procuraron actuar no espontáneamente, sino tal como se esperaba de ellos.

Kaplan y Singer formulan una crítica más fundamental: que los resultados de este tipo de experimentos de laboratorio no pueden generalizarse sin más ni más a la vida corriente. "Ahí se recluta a unas personas que por propia iniciativa, a lo mejor, nunca se quedarían a contemplar semejantes escenas; se crean enfados artificiales, se provocan situaciones experimentales que invitan expresamente a la violencia sin peligro para el actuante (cosa que nunca ocurre en la vida real), y se definen conductas agresivas que no lo son en realidad".

(Las falacias de la Psicología, de Rolf Degen, editorial Ma Non Tropo, Barcelona, 2001, página 114)

La evolución de nuestro cerebro

Francisco Calzado — Sat, 08 Nov 2008 18:32:14 +0000

Para poder explicar y comprender la conducta humana desde un punto de vista científico (que es el propio de la Psicología), es preciso comprender el origen de las estructuras anatómicas de nuestro sistema nervioso, así como los fundamentos de su funcionamiento.

En los siguientes cuatro vídeos se explican algunas claves esenciales para entender la relación entre nuestro cerebro y nuestro comportamiento a partir de la evolución.

Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Vídeo 4

La evolución del sistema nervioso en los animales

La evolución del sistema nervioso en los animales. En el siguiente vídeo, se muestra el origen del sistema nervioso en los animales como consecuencia de la necesidad de adaptarse a las constricciones del medio ambiente. Se muestra, por ejemplo, cómo la facultad de moverse (propia de los animales) exige un sistema nervioso que tendrá un grado de complejidad proporcional a los requerimientos concretos de cada especie.

Los tres cerebros del ser humano, por Carl Sagan

Los tres cerebros del ser humano, por Carl Sagan. Carl Sagan nos explica cómo ha ido evolucionando el cerebro humano a partir de unas primitivas estructuras propias de los reptiles (el tronco cerebral), pasando por estructuras comunes al cerebro de los mamíferos (sistema límbico), hasta alcanzar nuestro cerebro primate, representado, en el caso de los humanos, por la corteza cerebral, que es la que permite la complejidad intelectual y emocional característica de los seres humanos.

David Suzuki sobre la evolución del cerebro humano

David Suzuki sobre la evolución del cerebro humano. En este caso, el divulgador canadiense David Suzuki pone el énfasis en la continuidad entre los sistemas nerviosos de las distintas especies de animales.

La evolución del cerebro en elHomo sapiens

La evolución del cerebro en el Homo sapiens. Por último, el siguiente vídeo muestra el esquema evolutivo de los ancestros humanos en relación con la evolución del cerebro.

Enlaces directos a los cuatro vídeos anteriores:

El dolor como consecuencia de la evolución

Francisco Calzado — Mon, 03 Nov 2008 21:20:20 +0000

Esta mañana intentaba explicar a mis alumnos de Psicología que los seres humanos, lo mismo que el resto de los seres vivos, somos un producto de la evolución. Se me ocurrió el ejemplo del dolor: si sentimos dolor en determinadas situaciones (cuando nos cortamos, cuando nos caemos, al acercar una mano al fuego, etc.) es porque, de alguna manera, esa posibilidad de sentir dolor nos beneficia.

Es decir, esa posibilidad de sentir dolor ha sido, en su origen evolutivo remoto, resultado de una mutación (o serie de mutaciones) genéticas que produjo en nuestros antecesores una ventaja adaptativa, mejorando, en consecuencia, las posibilidades de transmitir esa misma característica ventajosa a su descendencia. Así se perpetúa (por la vía de la transmisión genética) el mecanismo del dolor, por poner un ejemplo entre otros muchos posibles.

Pero, ¿qué ocurre si por alguna anomalía genética nacen individuos (humanos) insensibles al dolor? Eso es lo que nos explica el siguiente archivo de audio, que ha colmado la curiosidad y la inmensa sorpresa de mis alumnos cuando les dije que el hecho de tener la sensación de dolor en determinadas circunstancias nos está salvando constantemente la vida.

El documento sonoro es un fragmento del desaparecido programa de Radio Exterior de España "Vanguardia de la Ciencia", presentado y dirigido por Ángel Rodríguez Lozano. Se emitió el 16 de diciembre de 2006 en la sección Cartas de Ulises de este inolvidable programa.