¿Qué conocimiento del mundo que le rodea puede tener una persona incapaz de generar recuerdos en el momento en que están ocurriendo los hechos que ha de guardar en su memoria?

El fenómeno de la amnesia anterógrada alude precisamente a esta pérdida de la capacidad de fijar nueva información en la memoria, y genera la extraña sensación subjetiva de que el mundo se desvanece, aparece y desaparece, reflejada en las palabras del protagonista de la película Memento al inicio del filme:

Tengo que creer en un mundo que existe fuera de mi cabeza, creer que mis actos aún tienen algún un significado, aunque yo no los recuerde. Tengo que creer que cuando mis ojos están cerrados el mundo sigue ahí. ¿Creo que el mundo sigue ahí? ¿Aún sigue ahí?

En la película Memento, de Christopher Nolan, se ilustran las dificultades que pueden tener las personas afectadas de esta alteración de la memoria, y el papel de esta capacidad para la identidad personal.

Pero, además, la película de Nolan explora nuevos y originales senderos narrativos en torno a la historia de un personaje con amnesia anterógrada que emplea numerosos recursos (tatuarse la información importante, tomar fotos con una Polaroid, escribirse notas dirigidas a sí mismo, etc.) para tener presente día tras día el propósito que guía su vida, que no es otro que el de vengar la muerte de su esposa, brutalmente violada y asesinada. El protagonista ha de empezar, día tras día casi desde el principio, haciendo presente su propósito leyendo las notas tatuadas en su cuerpo o escritas en un papel, o mirando las fotografías que junto a las que amanece cada día. La historia se cuenta desde el presente hacia el pasado, utilizando una originalísima fragmentación narrativa que nos acerca la visión caleidoscópica del mundo del protagonista.

Enlace al documento de audio sobre la película Memento en el programa Videodrome, de Radio3: memento.mp3 

El anterior documento de audio pertenece al programa de Radio3 Videodrome, emitido el 15 de septiembre de 2008. Este programa analiza pelícuas desde un punto de vista crítico y un tono claramente filosófico; no en vano está escrito y dirigido por Gregorio Parra, un licenciado en Filosofía.